Sobrevive al verano en Granada: 5 planes frescos para disfrutar sin derretirte
Granada en verano es una paradoja deliciosa.

Granada en verano es una paradoja deliciosa. El sol aprieta, sí, pero también lo hacen las ganas de vivir la ciudad como se merece: con calma, con sabor y con mucha autenticidad. 

Por eso, lejos de convertirse en un lugar inhóspito, el verano granadino se llena de nuevas posibilidades, rincones con sombra, sabores que refrescan y experiencias que solo se viven con tranquilidad. Si estás pensando en escaparte durante los meses más calurosos, toma nota: aquí te dejamos cinco ideas para exprimir Granada sin derretirte en el intento.

5 planes para disfrutar del verano en Granada

1. Levántate pronto (o sal cuando caiga el sol)

El ritmo del verano en Granada no se mide por horas, sino por grados. Aprovecha las primeras horas del día para disfrutar de la ciudad cuando aún está fresca y tranquila. A primera hora, las callejuelas del Albaicín parecen salidas de un cuento y el silencio que las envuelve es un privilegio para quienes madrugan.

Después del desayuno, puedes subir al Mirador de San Miguel Alto, uno de los secretos mejor guardados, con vistas inigualables sobre la Alhambra, Sierra Nevada y el resto de la ciudad. Por la tarde, cuando el sol empieza a ceder, es el momento perfecto para pasear por el Realejo, ver cómo se encienden las luces de las teterías o perderse por el Paseo de los Tristes, que nunca hace honor a su nombre.

2. Museos, palacios y baños árabes: cultura (fresquita) con historia

El verano es la excusa ideal para descubrir el lado más artístico y monumental de Granada… a cubierto. Muchos de sus espacios culturales están climatizados, lo que los convierte en oasis de frescor para las horas centrales del día.

Empieza por el Palacio de Carlos V, donde se encuentra el Museo de la Alhambra y el Museo de Bellas Artes y continua en el Centro Federico García Lorca, en plena plaza de La Romanilla. ¿Te apetece algo diferente? Regálate una experiencia sensorial en los baños árabes Hammam Al Ándalus, donde podrás sumergirte en aguas templadas y frías, recibir un masaje relajante y reconectar contigo mismo entre arcos, velas y silencio.

3. Tapas a la sombra: el arte de saborear sin prisas

Uno de los mayores placeres del verano en Granada es sentarse a la sombra, con una bebida bien fría y una tapa recién hecha. La tradición del tapeo no entiende de estaciones, pero sí de temperaturas. Busca terrazas sombreadas, patios con vegetación o locales con buena climatización y deja que el tiempo se detenga mientras degustas lo mejor de la gastronomía local.

En la zona centro, bares como Los Diamantes, Los Manueles o Bodegas Castañeda son sinónimo de calidad y ambiente local. ¿Prefieres algo más alternativo? Recorre los bares del Campo del Príncipe o la calle Navas y déjate llevar. Porque en Granada, la tapa va con la bebida… y con la experiencia.

4. Planes nocturnos que enamoran

Cuando el sol se esconde, Granada despierta con más fuerza que nunca. El frescor de la noche trae consigo conciertos al aire libre, espectáculos flamencos y paseos mágicos por rincones históricos. Una cita imprescindible es el ciclo “Lorca y Granada en los Jardines del Generalife”, que une danza, música y teatro en un entorno monumental que corta la respiración.

También puedes dejarte llevar por el embrujo del Sacromonte y disfrutar de un espectáculo de flamenco auténtico en alguna cueva tradicional, o subir a alguna de las terrazas con vistas para brindar con un cóctel bajo las estrellas.

5. Excursiones para escapar del calor urbano

Si lo que necesitas es un respiro total, Granada tiene el remedio perfecto: naturaleza. A tan solo 40 minutos en coche puedes subir a Sierra Nevada, donde las temperaturas bajan notablemente y los senderos se llenan de ciclistas, excursionistas y familias en busca de aire puro. Hay rutas para todos los niveles y los paisajes son espectaculares en cualquier dirección.

Otra opción es visitar la Alpujarra granadina, con sus pueblos blancos, calles empedradas y fuentes de agua fresca. Pampaneira, Bubión o Capileira son lugares donde el tiempo parece ir más despacio. Y si el cuerpo te pide agua, prueba a bañarte en las pozas del río Verde, como la de Otívar, o en las aguas termales de Alhama de Granada.

Y cuando el cuerpo pide descanso…

Después de un día explorando Granada —ya sea a pleno sol o en la calma de la noche—, necesitas un lugar cómodo, céntrico y con todas las comodidades para recargar pilas. En el Hotel Don Juan te ofrecemos eso y mucho más: habitaciones climatizadas y espaciosas, desayuno buffet, parking concertado y una ubicación perfecta para moverte a pie por toda la ciudad.

Reserva ahora en la web oficial del

Hotel Don Juan

y accede a las mejores condiciones disponibles. ¡Te esperamos con los brazos abiertos y el aire acondicionado encendido!

Blog